Así parece que andamos todos desde el año pasado. El #cambio vertiginoso y la #inestabilidad provocada por “el innombrable” nos ha dejado corriendo de un lado al otro, físicamente, psicológicamente y sobre todo #emocionalmente.
Por eso la #euforia del fin de semana cuando se acabó el #estadodealarma fue, aunque peligrosa y para muchos condenable, absolutamente entendible y hasta necesaria. Quizá era demasiado pedir que todos hiciéramos “lo correcto” cuando ni siquiera durante los picos más fuertes de la pandemia se lograba.
Sin embargo, no se trata sólo de desfogar y evadir, porque la #realidad en la que estamos ahora sigue allí también después de la fiesta y nos pregunta ¿Y ahora qué harás? “Ni idea” puede ser lo primero que pase por la cabeza.
Entonces hay que buscar la cabeza del pollo e ir encontrando la manera de colocarla lo mejor posible. Pero ¿Cómo hacerlo?
Me parecen oportunas tres acciones, tomadas del #idearioparaganarasertividad :
- Afirmar deseos o sentimientos, en vez de manipular a otros. Decidir por nosotros mismos lo máximo posible buscando no delegar nuestros asuntos en manos de otros.
-Priorizar objetivos, sin enredarnos en lo accesorio, viviendo y disfrutando el aquí y el ahora sin referencias al pasado (culpas) ni al futuro (preocupaciones).
- Celebrar cuanto hacemos, sentimos o pensamos, sin sufrir por lo que falta. Aceptar el “más o menos” en lugar del "todo o nada"
Muchas veces somos nuestros propios #verdugos, nos colocamos la pistola en la cabeza y apretamos el gatillo sin pensar que opciones hay muchas.
Nos olvidamos de que la primera persona con quien debemos ser amables somos nosotras y que, así como escuchamos a los amigos, debemos escuchar a esa parte nuestra que nos está diciendo algo importante que debemos prestar atención, aunque puede que no nos guste.
Así que ¿Por qué no buscas un ratito contigo?
Invítate un café y ponte a buscar la cabeza perdida, seguro que no estará tan lejos.